En los últimos tiempos el marketing con influenciadores ha ido ganando peso. Con el boom de internet y el éxito de las redes sociales, ciertos perfiles de usuarios expertos en un terreno han logrado conectar con sus seguidores, crearse una base de datos fuerte y conectar con los demás usuarios. Sus opiniones son valoradas, porque estos influenciadores son vistos como ‘quienes saben’ de temas específicos.
Los influenciadores son cada vez más requeridos por las marcas, e incluso llegan a ser objeto de sus campañas de marketing. Diferentes estudios han ido demostrando que este tipo de figuras y sus opiniones son mucho más convincentes para los consumidores que los formatos publicitarios tradicionales.
“Para la generación digital son necesarias las nuevas voces. Las caídas y subidas de los famosos son mucho más rápidas ahora y las marcas necesitan capturar ese flujo y explotar los segmentos de microaudiencias”, apunta Rob Norman, chief digital officer de GroupM.
Ya no solo se trata de que los famosos tradicionales hayan visto como su momento de gloria tenga un ciclo de vida más corto, sino que además el peso de la influencia, el quién tiene influencia, también ha cambiado.
La presencia de los influenciadores en las campañas es cada vez más habitual: un 75% de las marcas confesaba en un estudio que hace uso de los influenciadores en sus campañas. Las previsiones son que en un futuro inmediato el número de firmas que usen a estas figuras suba hasta el 84%.
La profesionalización de los influenciadores
Hoy en día las compañías han profesionalizado el acceso a los influenciadores y les han dado un papel más amplio en su estrategia. Ahora, estos se han convertido en un canal propio de comunicación (no solo un complemento para campañas de relaciones públicas) y las marcas están dedicando cada vez más presupuesto en ellos.
Las agencias están lanzando cada vez más formatos que permitan comprender cómo funciona el marketing con influenciadores. Medir el éxito o el fracaso de una campaña con influenciadores empieza a ser cada vez más fácil, porque cada vez hay más herramientas que permiten medir el ROI de estas campañas y el impacto real que tienen en los consumidores.
Las marcas se van animando a dedicar parte de su presupuesto a este tipo de campañas. Ya no vale con convencer a un influenciadores para que hable de algo, con ofrecer un regalo. Los influenciadores tienen que estar en el presupuesto: para ellos se ha convertido en una fuente de ingresos y para las marcas en una nueva fuente de gastos. Un 85% de los influenciadores espera que le paguen si va a hablar de un producto y solo un 4% se conformaría con recibir ese producto a cambio. Quienes se contentan con que les contraten publicidad para su blog son una minoría.
¿La estrategia de marketing de su empresa contempla el uso de influenciadores?
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